La decisión de mi adolecencia que sigue beneficiándome el día de hoy.
Ninguna. Y a estás alturas, no sé si realmente se me presentó alguna oportunidad. No creo haber desaprovechado nada porque nada llegó.
Si lo pieso bien, tal vez, amar. Siempre me lanzo a amar, una y otra vez. Siempre que puedo amar lo hago, intensamente, desmedidamente. Y aquí estoy, feliz, amando y siendo amada. No le tengo miedo al amor. Me hace sentir plena, completa.
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