Dos recuerdos en los cuales personas extrañas me ayudaron
Los recuerdos más frescos que tengo de personas extrañas que me ayudaron, son de hace un año, y menos. El primero es el de los padres de mi roommate en Portugal, que decidieron ayudarnos a llegar a Andorra, con los gastos de transporte y alimentación cubiertos. Ellos, además, fueron el contacto a través del cual mi esposo conoció al que sería su jefe y con el cual firmó el contrato con el que obtuvo su residencia en el país.
El otro recuerdo de una persona extraña que nos ayudo, fue el de una señora andorrana que nos ayudó a recaudar correctamente los requisitos para mi residencia en el país, sin cobrarnos absolutamente nada por ello, lo hizo porque nos quiso ayudar. Y puedo decir que gracias a ellos, logramos tener la vida tranquila que tenemos ahora.
Doy gracias por atraer a gente de buena voluntad.
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